Nunca me separare de este lugar (Parte III)

Hey hey hey!!! Bueno bueno bueno, ya hace 10 dias que abri el blog^^ y la verdad que estoy muy contenta. Tengo 17 seguidores (a los que agradezco que se pasen por aki de cuando en cuando) tengo 4 premios que me hicieron ponerme a saltar de alegria xD tengo una depresion pasada y una gran alegria en el cuerpo!!! Hace ya varios dias que no subo la historia, creo que ya ni os acordaresi de ella xD estos dias he escrito muuuchas cosas pero le he empezado a pillar mania a este relato y ya tengo ganas de subir la ultima parate para poder subir lo nuevo, espero que os guste.


Su sonrisa aparece de nuevo y no tarda en decirme:

-Oye, ¿Por qué lloras? ¿ha pasado algo? ¿ha muerto alguna ardilla?- esta ultima pregunta la dice mofándose de mi con lo que me aparto y pongo cara de pocos amigos. Se rie a sus anchas de mi nuevo aspecto y seguramente de mi caracter ecologista.
-Ahora enserio ¿que te pasa? llevas unos días tristona- dice acercándose hasta rodear mi cintura desde un costado, apoya la cabeza en mi hombro.

Así que, se había dado cuenta, desde el momento en que me comunicaron la decisión del gran Miguel no he podido estar tranquila. No quería que lo notara pero parece que no lo he conseguido. Noto que se siente mal y lo abrazo con fuerza para intentar aliviar su dolor. No voy a preguntarle que le pasa, cuando este preparado me lo contara. Quizás no quede tiempo ya para eso. Tras este pensamiento lo aprieto mas contra mi intentando protegerle de…creo que de mi misma.

- Nada en realidad - digo sin saber muy bien como seguir - he recibido una carta de una de las chicas con las que viví en Zaragoza y estar en la plaza de España me hace recordarlo. Este es el único momento en el que agradezco que Paolo no sea un ángel, si así fuera me seria imposible mentir le de esta manera.

Libera la cabeza de mi brazo para mirarme a los ojos.
-¿Le pasa algo a tu amiga? ¿La hechas de menos?-dice mientras acaricia mi pelo intentando consolarme. Ha debido de darse cuenta del dolor que tiñe mi voz, escondiendo la mentira de mis palabras.
-No, mi amiga esta bien, la hecho de menos por supuesto. Es solo eso, no tiene importancia.
-Bueno, si estas bien ¿que te parece si te llevo a tu casa para que te des una ducha? No podemos ir a cenar a ninguna parte con la peste que desprendes - se aleja de mi y se tapa la nariz con los dedos de la mano.

-Jaja-no puedo mas que reírme tras su acusación ya que tiene razón. No quiero que me vea triste estas ultimas horas, no quiero que sospeche nada. Mejor sera que cambie mi actitud.
Me tiende mi casco y cuando he terminado de ponerme lo ya esta montado a punto de arrancar. Me monto detrás agarrándome fuerte a su cintura, siempre me ha dado miedo la velocidad y aunque Paolo es mi amigo tengo que reconocer que conduce fatal. Estoy agotada, no se si seré capaz de hacerle esto…Tras diez minutos, el cansancio me vence y me acuesto sobre su espalda. Si no fuera por el miedo que me da soltarle y caer me habría quedado dormida.

Tras media hora llegamos a mi modesto pisito en Monte verdi en la avenida colli portuensi. Frente al 109 bajo de la moto adormilada, sin enterarme muy bien de lo que pasa. Me tumbaría en la acera y me quedaría dormida. De hecho acaban de arreglarla y tiene un aspecto cómodo.
-Anda te acompaño hasta la puerta que temo que te caigas por las escaleras.
Me coje de la muñeca y me lleva hasta la puerta del piso donde no me hace falta ni abrir la puerta por que en ese momento sale Raffaela, mi loca compañera de piso.
-Gabriela, valla cara que traes - de repente al ver a Paolo tras de mi se calla y suelta una pequeña risilla - bueno chicos no os preocupeis por mi que me voy ya. Os dejo el piso para vosotros solos, para que hagáis lo que queráis - sin terminar de reírse sale del edificio.

Tras el comentario de Raffaela decido cambiar mi aspecto, coloco una sonrisa falsa en mis labios e intento pensar en cosas alegres, tengo que bromear un poco o Paolo se dará cuenta de que algo va mal.