Nunca me separare de este lugar (Parte I)

Hola, aqui os traigo la primera parte de la primer historia que voy a publicar en este blog. Estoy algo nerviosa. Tengo que adevertiros que tras leerla seguramente no habreis entendido nada, pero tranquilos, la segunda parte llegara pronto y en ella podreis comprender mejor de que va el asunto jeje. Bueno no tengo mucho mas que decir, solo que tube que pasarlo a mano por problemas con mi ordenador que no me dejaba copiarlo. No he podido poder mas que dos tildes por que mi teclado no funciona como es debido y no funciona la tecla de las tildes, las dos que puse las tube que copiar de internet. Bueno sin mas preambulos os dejo con la primera parte de "Nunca me saparare de este lugar" espero que os guste. La he escrito con mucha ilusion^^ Besotes.



El anochecer visto desde el camino que une el parque y Trinita dil Monti (sobre la plaza de España) siempre me ha sobrecojido. Son tan bellos los colores que se reflejan en las cupulas de todas las iglesias de Roma que en este momento noto latir mi corazon con mas fuerza. Abanzo rapido, aunque me cueste apartar la mirada del orizonte, ya que para una chica como yo, andar sola por estos sitios a estas horas no es recomendable. A los angeles siempre nos ha atemorizado la violencia de los humanos, pero es algo que no podemos cambiar. Perdida en mis pensamientos llego hasta la iglesia de Trinita dil Monti. Al asomarme a las escaleras que llevan a la plaza de España, lo veo abajo. Hay esta Paolo, mi amigo de la infancia, en realidad mi unico amigo verdadero.

Todos los angeles nos llevamos bien y no tenemos secretos entre nosotros. Pero él es especial, le quiero muchisimo, es el mejor amigo que je tenido en todas mis vidas. Creo que incoscientemente por él sali de Zaragoza y acabe aqui en Roma. Estaba escrito que mi perdicion llegaria de esta manera. Empiezo a bajar las escaleras sin dejar de ver su sonrisa, hoy esta especialmente guapo con sus incorrejibles pantalones bajos, de un impecable negro y esa camiseta azul cielo que casi le hace parecer bueno. No estoy segura de que me este mirando, tras esas gafas de sol no puedo distingir sus ojos negros, a cordes con su pelo. De esa gisa podria confundirse con un adolescente mas. Esta descansando sobre su siempre reluciente Vespa, con un casco en la mano. Me esta esperando. Este hecho por tonto que parezca me hace feliz, a pesar de que todos los dias, tras mi carrera por el parque este en ese mismo punto esperandome.

Hoy se me ha hecho especialmente tarde, ya es noche cerrada. He intentado retrasar este momento lo maximo posible, pensando en ello las lagrimas empiezan a descender por mi rostro. Ser amiga de Paolo nunca fue facil, pero este momento es el peor de todos. Yo lo quiero mucho pero ha sido egoista e imperdonable por mi parte ocultar su existencia. Esta noche tendre que remediarlo. Tengo miedo, no se como hacerlo. No paro de repetirme que no existe peliro alguno para mi, pero ¿es eso lo que en realidad temo?

Ya no hay marcha atras, estoy demasiado cerca de su lado. Ademas, no deseo alejarme, añoro esos brazos bronceados por el sol.

- ¡¡Gabriela!! - me grita quitandose las gafas, ya me ha visto.
- Hola- le digo sin mucho entusiasmo mientras me acerco.
- ¿Que tal estas? ¿Preparada para ?

No puede terminar la frase al ver mis lagrimas, se preocupa por mi ¿Como puede ser esto lo correcto?