Esto mejora

Buenos días, sigo siendo Rafa. No pensaba escribir de nuevo tan pronto pero es que estoy muy contento. Ahora mismo están haciéndole unas pruebas a Victoria y después la trasladan a planta. Los médicos dicen que esta mejorando, que sus heridas están sanando. Yo no se que pensar, pasa la mayor parte del tiempo inconsciente y cuando por fin esta consciente la mayoría de veces no esta lucida. Me han dicho que es por la medicacion pero yo no se que pensar, la tienen atada a tantos cables...pero supongo que si la sacan de la UCI sera por algo. Ahora estoy en la cafetería del hospital y como va a pasar un rato hasta que pueda volver con ella os pongo la siguiente parte de la historia. Por cierto, os agradece mucho que os preocupeis y dice que va ponerse bien tan pronto como pueda.


- Paolo ¿que pasa?
Gira la cabeza para mirarme y sonríe al decir:
- Nasa, solo que hoy es jueves. - Lo dice con toda naturalidad pero se da cuenta de que no le sigo y añade - Te toca elegir a ti.
- A si, claro - suspiro aliviada - ¿Conoces un monumento blanco que esta muy cerca del foro?
- Si, creo que es un monumento a los caídos.
- ¿Te importa si hacemos una paradita ahí? Siempre lo he visto desde lejos y me impresiona mucho. Me gustaría verlo de cerca.
- Lo que mande la señorita - dice mientras hace una reverencia.
- Jeje

Solo espero que mi risa nerviosa le haya engañado y piense que todo va bien y que solo es casualidad que yo quiera ir allí.
De nuevo me monto tras el en la Vespa y comenzamos el largo camino hacia su destino. No me creo con fuerzas de seguir adelante con esto. Tengo tentaciones de contarle la verdad, de pedirle que escape. Pero se que eso no es lo correcto. La matanza se avecina. ¿Como puede esto ser bueno para alguien? El me quiere y estoy segura de que no le haría daño a nadie. No es un ángel, pero realmente ¿son ellos los malos o nosotros? no puedo para de hacerme preguntas que van en contra de todo lo que me han enseñado.

No puedo entender como un destino tan cruel puede ser el correcto para mi amigo. Aunque no sea uno de los nuestros es bueno, se preocupa por mi, no se por que lo hace. Siempre me han enseñado que dentro de la naturaleza de los seres como el no existía comprension, afecto ni compasión. Siempre me han dicho que los demonios solo conocen la destrucción y el caos. Su único cometido es atormentar a los humanos. Pero estoy segura de que Paolo es diferente. Ya no puedo hacer nada. Me gustaría llorar pero no quiero que me vea triste. No paro de repetirme que es un peligro, que no es bueno. Podría darse la vuelta en cualquier momento y matarme. Pero se que no lo hará, ¿o si?. La duda me aterra. Es Paolo, mi Paolo, el Paolo demonio que tantas veces me ha consolado. Pero a fin de cuentas es un demonio y por haberlo ocultado, todos mis hermanos y hermanas están en peligro. Ya no puedo hacer nada.

La moto ya se ha parado pero no quiero bajarme.
- Gabri, ¿quieres verlo o no? - me pregunta sorprendido al notar que no me separo de su espalda.
Esa es la pregunta mas difícil de contestar Paolo ¿en realidad quiero hacer esto? Paolo es un demonio, pero es bueno. El recuerdo de la discusión que mantuve con Eleonore aparece en mi mente de forma improvisada:

- Los demonios buenos no existen Gabri. Tienes que entenderlo. ¿Es que no recuerdas nada de lo que te han enseñado?
- Por supuesto, pero es bueno. Se preocupa por mi. Es imposible que sepa que soy un ángel, me cuida igual que nosotros cuidamos a los humanos.
- De algún modo habrá aberiguado que eres un ángel y esta intentando engañarte, los demonios son astutos, no lo olvides. Si no lo vas ha hacer tu lo haremos nosotros de inmediato.
- Lo haré yo, pero dad me una semana, por favor.
- Esta bien, te concedo siete días. No se por que hago esto, no te lo mereces, nos has puesto a todos en peligro. Por tu culpa todos los ángeles que aquí nos encontramos podríamos haber sido descubiertos y asesinados. Tienes que entender el alcance de tu crimen. Si cumples tu cometido se tendrá en cuenta a la hora de imponer tu castigo.

Esas eran palabras verdaderas. Todo lo que Eleonore decía era cierto. Dolía que tuviera razón, el recuero de sus palabras me hacían sentir mal, ahora comprendia el alcance de mis insensatos actos. Ahora sabia la respuesta. Por el bien de mis hermanos y hermanas.
- Si, vamos a acercarnos.